Pues sí, tengo un problema. Nunca he sido capaz de afrontar las llamadas de otras compañías de móviles que no son la mía. Siempre que esto sucede hago la misma miserable jugada. En resumen: ellos se presentan, yo les digo que en ese momento no puedo atenderlos, ellos me preguntan en qué momento puedo atenderlos, yo les digo un día y una hora; y después, cuando me llaman, yo no les cojo el teléfono. Rastrero, ¿verdad?
Muchas veces me he preguntado el porqué de esta actitud mía. Con lo simple que es explicarles que no me interesa lo que me ofrezcan, ¿por qué me cuesta tanto decir la verdad? Es como esa gente que se apunta a un gimansio, nunca va y encima le da apuro ir a borrarse.
Después de reflexionar al respecto, he reducido las posibles causas de este problema a dos:
a) No tengo la entereza suficiente como para afrontar esta situación.
b) Me fastidia que una empresa a la que nunca le he dado mis datos, no sólo los tenga, sino que además los utilice para llamarme y mercadear con sus productos.
Yo me decanto más por la opción "a" que por la opción "b".
El caso es que no hace mucho, se volvió a dar la misma situación. Y esta vez estaba dispuesto a redimirme por mis anteriores faltas. La situación fue la siguiente:
Suena el teléfono, número desconocido. Lo cojo.
- ¿Sí?
- Hola muy buenas tardes (todo esto dicho a gran velocidad y con acento ecuatoriano) le llamo de Movistar.
- Mierda... (pienso).
- ¿Es usted el propietario de la línea?
- Sí, pero verá (aquí me armo de valor) es que no me interesa ninguna oferta.
Silencio incómodo.
- ¿Y puedo llamarle a otra hora que le venga mejor?
- ¡Coño, para una vez que soy sincero y me espeta lo mismo que si le hubiera mentido! (pienso). No de verdad (le digo) es que no me interesa ninguna oferta.
- Bueno pues muchas gracias por su atención.
- A usted.
Ya está. Lo había logrado. Conciso y educado. Prueba superada. ¿O no? Lo cierto es que al final de la conversación volvió a asaltarme un mar de dudas ¿Por qué no he querido escuchar las ofertas de esta señora?
De nuevo período de reflexión y otra vez dos posibles respuestas:
a) Soy un inconsciente y estoy perdiendo la posibilidad de ahorrame un dinerillo.
b) Mi subconsciente siempre me traiciona.
En este caso me decanto por la "b". Y es que puestos a que me atraquen, siempre he preferido que lo hagan los que van de rojo a los que van de azul.
jueves, 2 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario