domingo, 17 de mayo de 2009

Unidos en la horteridad.



El modelo escandinavo es la envidia del planeta. Su nivel de vida, su sistema educativo, sus políticas de empleo, sus legislaciones sociales vanguardistas. El paraíso en la tierra salvo por el hecho de tener la tasa de suicidios más alta del planeta.

En otra cosa que nos dan sopas con ondas es en el tema de Eurovisión. Ellos inventaron esto de votarse en bloque. ¿Somos todos vikingos o no?, ¿A caso nuestras lenguas no suenan igual de estrambóticas y por eso todos hablamos inglés? Pues toma: “Sweden, twelve points; la Suède, deuze points”.

Lo peor de la caída del Muro y la consiguiente integración de los países del Este en el capitalismo, es su participación en Eurovisión. Pasar del Koljos a la cultura Pop en un ‘pispás’, conlleva consecuencias trágicas para el mundo de la música. Porque si Eurovisión es intrínsecamente hortera, la aportación del mundo eslavo se mueve en una delgada línea entre lo cómico y lo trágico.

Más trágico aún es que a estos países del Este sólo se les haya pegado de Escandinavia la manía de votarse unos a otros en Eurovisión. En bloque oiga, como si un desfile en la Plaza Roja se tratara. Da lo mismo que hace nada decidieran separarse unos de otros porque no se aguantaban entre ellos. “Ucrania, twelve points; l´Ukraine, deuze points.” Por cierto, ¿Azerbaiyán está en Europa? Lo mismo nos están dando gato por liebre los ex soviéticos éstos.

Más sangrante es el tema de los otros eslavos, los del sur, vamos, los yugoeslavos. Éstos no es que discutieran por separase, ¡es que se mataban! Y ahí los tienes: “Former Yugoslav Republic of Macedonia, twelve points; l´Acianne République Yougoslave de Macédonie, deuze points”.

En resumen, España fuera de Eurovisión, ¡ya! Primero porque es un monumento a la horterez. Y segundo y más importante por nuestra situación periférica en el continente euroasiático y nuestra ancestral vocación atlántica. Vamos, que o nos mudamos al centro de Europa o nos traemos a los países Latinoamérica al concurso. Sino, no ganamos en la puta vida.

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