KDD: atentado a la gramática española con la que se define una cita a la que acuden un grupo de personas a través de Internet. A mí de pequeño me enseñaron a no ir con desconocidos. En consecuencia, citarse con gente que no conoces de nada me parece, de partida, enfermizo.
Ayer se suponía que habría una KDD en Avilés. El objetivo, rememorar los viejos días del ambiente festivo de los 90. Más de 300 personas citadas para tremenda bobada.
Resultado: veinte personas que de buena fe se acercaron al Parche y se encontraron con que, efectivamente se habían KDDado con ellos.
Mención aparte merece el impulsor del evento. Un tipo que con el cuento éste, alcanzó sus 15 minutos de gloria en los medios locales. Al pájaro ni se le vio. A la llamada de la prensa para que se acercara, la respuesta fue “que estaba cenando”. ¿...?
Moralejas:
La vida consiste en una serie de etapas que vamos quemando y tratar de rememorarlas no sólo es imposible, sino que raya lo patético.
Citarse con desconocidos a través de Facebook supera con creces todos los límites de horterez cibernética.
Dejar la organización en manos de un impresentable... bueno, eso no tiene moraleja. El que nace tontín, muere tontín.
domingo, 3 de mayo de 2009
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