martes, 29 de septiembre de 2009

Cinco minutos para el Apocalipsis.

Desde que sé que existe, me gusta consultarlo de vez en cuando. Sobre todo cada vez que aparecen noticias como las de estos días en los que se anuncian nuevas pruebas de Irán con misiles balísticos. Se trata del Reloj del Juicio Final, un reloj virtual que nos avisa a cuantos minutos estamos de que llegue la medianoche, una manera poética de referirse a un holocausto nuclear.

En la Guerra Fría, USA y URSS practicaban lo que los primeros llamaban el Game of Chicken, es decir, el “Juego del Gallina”. El nombre procede de un juego que los adolescentes norteamericanos practicaban en la postguerra. Dos jóvenes, dos coches, uno frente al otro a toda velocidad hasta que uno de ellos se apartaba de la trayectoria evitando la colisión. Ése era llamado gallina.

De la misma manera las dos superpotencias se retaban en una escalada nuclear haciendo que el Reloj se acercara peligrosamente a las doce en punto. Como se puede ver en esta línea temporal, el fin del socialismo real no ha impedido que sigamos cerca de que suenen las doce campanadas.

En resumen, aún se puede cumplir la profecía que Kubrick reflejó en una de mis películas de cabecera.

http://www.youtube.com/watch?v=s4VlruVG81w

lunes, 21 de septiembre de 2009

"Buchenwald es el infierno"

“Buchenwald es el infierno”. No, ni lo leí en un libro, ni lo ví en un documental o en una película. Me lo dijo un señor llamado Aladino Castro, superviviente de este campo de concentración.

Nacido en San Martín del Rey Aurelio en 1923, a los cuatro años se fue a Francia después de que su padre decidiera emigrar en busca de una vida mejor. Allí le pilló la Guerra Civil. No tuvo que sufrirla directamente, sin embargo sí recuerda con precisión los nombres de los conocidos muertos en la contienda. No tuvo tanta suerte con la Segunda Guerra Mundial, según él una continuación de los sucedido en España. Con la invasión de “los salvajes”, así llamó a los nazis, Aladino se unió al maquis. “Yo era minero y como los mineros asturianos luchamos por la libertad”, asegura.

En 1942 fue hecho prisionero. Tenía 20 años. Fue encarcelado y torturado. Finalmente en julio de 1944 formó parte de un convoy de 1800 personas que dieron con sus huesos en los campos de Buchenwald. Cuando llegaron, sin comer ni beber durante días, muchos habían muerto, otros se habían vuelto locos. “Sólo deseaba ser fusilado y acabar de una vez”, confiesa, pero su destino fue otro: golpes de con las culatas y patadas en la cabeza fueron su pan nuestro de cada día.

Salvó su vida de milagro, y no sólo por la violencia de su captores. Un día, los aviones aliados bombardearon Buchenwald. Él no estaba allí, le tocaba trabajar en las minas de sal cercanas. Doce horas diarias sin apenas comida. Pesaba 32 kilos cuando fue liberado.

“Somos testigos vivientes, ¿pero por cuánto tiempo? Me parece que por poco tiempo”. Aladino Castro – superviviente del campo de concentración de Buchenwald -

lunes, 14 de septiembre de 2009

En respuesta a un amigo.

Ya sé que la subida de impuestos no va a recaer sobre los ricos. Si tal cosa sucediera calculo que la evasión de capitales sería en forma de estampida. Y luego se les llena la boca de patriotismo.

Yo hablo de solidaridad y de apuesta por el gasto social mientras dure la crisis por parte de la gente de a pie.

Luego está la segunda parte. Una vez llegado ese dinero a las arcas del Estado ¿estará o está haciendo ya el gobierno lo que debe para garantizar que beneficie a los que más lo necesitan?

Supongo que habrá de todo.

No busco con mis comentarios una apología de las medidas anticrisis del gobierno, sólo hacía notar la demagogia del PP y su apuesta por recetas, a mi juicio, que causaron esta crisis y de la que son culpables, unos por crearlas y otros por acomodarse a ellas mientras las vacas engordaban.

Un beso.

Desvaríos periféricos.

Portugal, es como cualquier otro país. Tiene sus rarezas. Por ejemplo, que el gran partido de derechas se llame ‘Partido Social Democrata’. Su líder, una señora a medio camino entre Esperanza Aguirre y Margaret Thatcher (no sé su nombre ni me apetece buscarlo), quiere paralizar el AVE Madrid – Lisboa al considerar que Portugal se convertiría en una región de España

(Aquí va un minuto de reflexión acompañado de sonidos de pájaros piando).

Y lo mismo gana.


Arenys de Munt. 8023 habitantes. 13 concejales. En la actualidad 11 de partidos nacionalistas (todo ello según la wikipedia). Referendo festivo – secesionista. 33 % de participación, 96 % a favor de la secesión. 100 % de medios volcados en el sainete en cuestión, falangistas reunidos Geyper… Objetivo cumplido por parte de los que lo organizaron. La anécdota convertida al rango de noticia. Más que indignación, todo lo que huela a independencia da morbo. Lo único que debería provocar es indiferencia.

domingo, 13 de septiembre de 2009

¿Tan grave es eso de gravar?

¡Ostras! Yo pensando que ZP era el único dirigente con problemas debido a su afán por subir los impuestos y al pobre Obama le van a montar una ‘manifa’ a lo grande. Y no sólo por eso, sino también por su alocada idea de crear un sistema sanitario universal en su país.

Una oleada de políticos inunda el mundo clamando por que nos bajen los impuestos. Nos van a llenar el bolsillo de dinero, aseguran. Dinero para gastar, por supuesto. Dinero para sacar del aprieto a los suyos, o sea, a los ricos.

“Sí” - dicen – “tendrás más dinero”. “Pero según te llegue suéltalo, gástalo, devuélveselo a su dueño natural”. El rico.

Y el estado chitón. Que sea el mercado (los ricos) quien regule la economía. Es decir, la misma mierda de siempre.

Yo que no soy el Che Guevara, pero que sí he levantado alguna vez el puño en Rodiezmo, me pregunto cómo vamos a ayudar a toda la gente que necesita cobrar del paro. Podemos pedirle a Esperanza Aguirre que monte una macrorifa benéfica, o que el Estado, se haga cargo de ello. Si elegimos la segunda opción, me pregunto cómo podrá hacerse si el Estado recauda menos.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Pittmanía o el culto a lo bello.

En los periódicos locales sigue coleando la visita de Brad Pitt a Avilés. Algunos todavía ni se lo creen, como lo de la llegada a la luna. El caso es que hoy aparezco en una de las fotos tomadas a la entrada del NH. Brazos cruzados, cabeza gacha y mirada perdida. ¿Anonadado quizás por la histeria colectiva de las marujas arremolinadas frenta al hotel? ¿Perplejo tal vez cuando me enteré que un borderline había pasado la noche a la entrada del Ferrera? No sé, no me acuerdo.

El caso es que Brad ha dado más publicidad a Avilés y al proyecto del Niemeyer que nunca nadie antes. No hay informativo, programa rosa, periódico o portal de internet patrio, que no haya mencionado la Villa. Y todo porque el tipo está muy bueno.

Por aquí han pasado gente como Woody Allen, Kevin Spacey, Omar Shariff, Wim Wenders, Carlos Saura, Barbara Hendricks o Vinton Cerf. Todos ellos invitados por la Fundación Niemeyer. En unos días le toca a Yossou N´Dour y hasta miembros del FBI (no es coña, vienen al Foro de la Diplomacia Cultural).

Ninguno de ellos tiene la sonrisa de Brad, ni poseen el escultural y trabajado torso de Brad, ni los profundos y arrebatadores ojos claros de Brad, ni el salvaje e indomable pelazo rubio de Brad. Brad es dios, porque amamos, ansiamos y adoramos la belleza. Todos queremos ser Brad o poseer a Brad. Pero va a ser que no.

martes, 1 de septiembre de 2009

La II Guerra Mundial no empezó en Polonia.

Todos los medios de comunicación rememoran hoy el 70 aniversario de la invasión alemana de Polonia y con ello el inicio de la II Guerra Mundial. He aquí otra muestra de ‘eurocentrismo’ o de ‘occidentalismo’ histórico.

La guerra ni la empezaron los alemanes ni tuvo Polonia como escenario. Fue en China y fue responsabilidad de los japoneses. La fecha concreta, el 7 de julio de 1937. Ese fue el momento en que un estado autoritario, militarista y ansioso por encontrar su ‘espacio vital’, el nipón, atravesó la frontera de Manchuria (japonesa desde 1931) para iniciar la conquista de China y el exterminio indiscriminado de la población civil.



Ambos frentes, el europeo y el asiático quedarían unidos a partir del 7 de diciembre de 1941, con el ataque de Japón a la base norteamericana de Pearl Harbor y la invasión de los territorios británicos y holandeses en el Pacífico y el Índico.

Al final de la contienda, en 1945, el número de bajas chinas de la II Guerra Mundial, ascendía aproximadamente a 13.000.000 de personas. Alrededor de 10 millones eran civiles. Sólo la Unión Soviética con alrededor de 17’5 millones de bajas (10 millones de civiles), contó más muertos.