viernes, 20 de febrero de 2009

Carnaval.

Empieza el Antroxu. Bueno, lo que queda de él. Los tiempos en que Avilés era 'El Carnaval del Norte' pasaron a mejor vida. Mi ciudad fue pionera en un modelo de Carnaval alternativo. Unos festejos carnavalecos que nacían de la gente, no de las instituciones. Unos carnavales que se vivían en la calle, unas calles atestadas de gentes antroxadas que confraternizaban unas con otras, sin conocerse de nada, unidas por las ganas de pasarlo bien, deshinibirse y olvidar durante unas horas los problemas diarios.

Será porque a las generaciones que protagonizaron aquellos días de folixa y desenfreno ya no le queda combustible para seguir en la brecha o quizás porque muchas de esas personas ni siquiera están aquí, puede que incluso la aparición de Gijón con su descarado plagio del Antroxu avilesino haya tenido que ver, pero lo cierto es que el Carnaval avilesino es sólo una sombra difuminada de lo que un día fué. Un fin de semana como otro cualquiera pero con disfraz.

O puede que no sea ninguna de estas cosas y mi reflexión no sea más que la visión subjetiva de otra época que ha quedado idealizada en mi recuerdo.

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