viernes, 6 de febrero de 2009

Todo tiene una explicación.

Hace unos meses, los medios de comunicación desvelaban cuál era la dieta normal de Michael Phelps. A saber:

Desayuno: tres sándwiches con huevos fritos, queso, lechuga, tomate, cebolla frita y salsa mayonesa; una tortilla de cinco huevos; gachas de maíz; copos de avena; tres tostadas francesas y tres tortitas con sirope de chocolate. Todo ello regado con dos tazas de café.

Comida: medio kilo de pasta y un par de sándwiches de jamón y queso. Para saciar la sed, bebidas energéticas.

Cena: medio kilo más de pasta, pizza y más bebidas energéticas.

Por mucho ejercicio que haga este chico, nunca pude entender cómo podía gozar de tamaño apetito. Ahora sí.

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