lunes, 22 de diciembre de 2008
Paloma traicionera
Cuenta la leyenda que una paloma viajó desde Tebas hasta el Épiro y allí se posó sobre un roble. Después, ni corta ni perezosa, anunció a los lugareños que debían levantar un santuario en honor a Zeus en el que poder realizar adivinaciones. Había nacido el primer Oráculo de la mitología griega.
Con tales precedentes, cuando esta mañana mi ventana amaneció decorada con multitud de heces de paloma y teniendo en cuenta que hoy era el Sorteo de Navidad, no me cabía ninguna duda de que se trataba de una señal divina. Este era mi año.
Pero no. Y eso que los números que llevaba eran de esos que tienen pinta de tocar. Malditas sean las palomas, ratas con alas transmisoras de múltiples enfermedades…
Para muchos queda el socorrido consuelo de que lo importante es tener salud. Para mí, el único consuelo es que no le haya tocado a nadie que conozca. Ofuscado me hallo.
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2 comentarios:
Las palomas son ratas con alas, no pueden traer nada bueno.
Te aseguro que a mí no me trajeron nada bueno... No sé como esa ave inmunda puede ser el símbolo de la paz.
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