miércoles, 11 de marzo de 2009

El mono es un lobo para el hombre.

Leo en la prensa que un chimpancé de un zoológico de Estocolmo se dedica a recoger piedras, pulirlas y después lanzárselas a la gente que pasa por allí. Los científicos no caben en sí de gozo ya que consideran que es la primera prueba de que "un animal distinto del hombre puede hacer planes para el futuro de manera espontánea".

Es más, añaden que: "Estas observaciones demuestran de forma convincente que nuestros hermanos los monos consideran el futuro de modo complejo...y tienen una conciencia altamente desarrollada".



Yo, la verdad, no veo nada que celebrar. Santino, que así se llama el mono, es la prueba definitiva de la que maldad intrínseca que reside en los seres humanos, es extensible a otros seres vivos. Sólo así se explica que este simio, que tiene casa gratis, comida gratis y no tiene más oficio ni beneficio que ser observado por la gente, no tenga más proyecto de futuro que descalabrar viandantes.

Seguro que Bush y sus amigos han abandonado sus ideas creacionistas. Demasiadas similitudes.

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