miércoles, 21 de enero de 2009

Lo que no nos enseñaron en el colegio: Fernando 'el Católico' era más castellano que Isabel 'la Católica' (parte 5 y final).

5 de junio de 1465. Murallas de Ávila. Un grotesco muñeco es desposeído de su corona, su espada y su bastón de mando. Finalmente es derribado violentamente de su ‘trono’. Es la Farsa de Ávila. Un grupo de Grandes de Castilla encabezados por Alonso Carrillo, Arzobispo de Toledo y Juan Pacheco, Marques de Villena; simbolizan así su desprecio hacia Enrique IV y su adhesión al nuevo Rey Alfonso XII. Enrique es tachado de homosexual y de mentiroso al no reconocer que su supuesta hija Juana lo es en realidad de su Valido Beltrán de la Cueva.

Farsa de Ávila. 1465.

Estalla así una nueva guerra civil. La batalla de Olmedo (1467), que debía ser la que dirimiese de una vez el contencioso no lo fue tal, puesto que ninguno de los dos ejércitos obtuvo una clara victoria. Sí pudo cerrar el conflicto, la muerte, un año después de Alfonso. Las causas de su fallecimiento nunca fueron del todo esclarecidas. Como en el caso del Príncipe de Viana, la sospecha de envenenamiento siempre ha estado presente.

Fue entonces cuando los rebeldes convirtieron a Isabel en el nuevo adalid de su causa. La lucha por el poder se centraba ahora en dos mujeres. Juana, supuesta hija de Enrique IV, e Isabel, hermanastra del monarca. El débil carácter de Enrique provocó que en los meses siguientes cambiase su opinión varias veces respecto a cuál de las dos sería finalmente la elegida como su heredera. Pero los acontecimientos dieron un giro inesperado cuando el 19 de octubre de 1469, Isabel se casó en secreto con el heredero de la Corona Aragonesa Fernando. Se cumplía así el deseo del padre de éste Juan II de Aragón, quien había planeado esta boda desde años antes.

La respuesta de Enrique de Castilla fue contundente. Este había planeado que su hermanastra se casara con el Rey de Portugal Alfonso V. De haber sido así, habría sido Portugal y Castilla, los que a la larga podrían haber formado un estado común. El rey castellano desheredó a Isabel y reconoció el derecho de Juana a sucederle.

Juana 'la Beltraneja' (1462-1530).

El resto es historia. Enrique IV muere en 1474 y estalla una nueva guerra civil. Juana apoyada por una parte de la nobleza castellana y Portugal; e Isabel y Fernando, con el soporte del resto de la nobleza castellana y Aragón, se jugaron la Corona de Castilla. El 1 de Marzo de 1476, la facción isabelina lograba una victoria decisiva en Toro. El posterior Tratado de Alcaçovas (1479) pondría el punto final al conflicto. Portugal reconocía el derecho de Isabel a reinar en Castilla. Ese mismo año moría Juan II de Aragón y Fernando heredaba su trono.

La llegada al poder de los Reyes Católicos fue algo bastante más complicado que una simple boda. Ninguno de los dos había nacido para reinar. Pero la circunstancias, unas inesperadas, otras planificadas, condujeron a ambos al poder. Fernando II de Aragón, hijo de castellanos y nieto de castellanos, llevó a la Confederación Catalana-aragonesa a la unión dinástica con Castilla casándose con una princesa castellana que, paradójicamente, era menos castellana. Isabel, era de padre castellano (Juan II) pero de madre portuguesa Isabel. Eso sí, ambos de una misma familia, los Trástamara. Por cierto, la última dinastía que reinó en España de origen español.

Tumba de los Reyes Católicos. Capilla Real de Granada.

Los Reyes Católicos sentaron las bases de lo que hoy se entiende como España con la conquista del Reino Nazarí de Granada, del Reino de Navarra y eliminando los últimos vestigios de las formas jurídico-políticas medievales. También colocaron los pilares del Imperio Español con el descubrimiento de América, sus avances por el norte de África y la consolidación del poder español en sus territorios italianos.

Pero paradojas del destino, no pudieron impedir que a su muerte una nueva dinastía los Habsburgo, también conocida como Casa de Austria, relevase a los Trastámara al frente del nuevo reino. Se abría una nueva tradición española. Y es que las tres dinastías posteriores que han reinado en este país: Austria, Borbón y Saboya, llegaron de fuera de España. Eso tampoco lo explican demasiado bien en los colegios.

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